Existen muchas bardas en la ciudad que se utilizan para anunciar cosas, las cuales casi siempre pasan desapercibidas a nuestros ojos.
Es cuando vamos recargados en la ventanilla del camión o distraídos a causa del tráfico, que leemos por tropezón las letras sobre las bardas: “Por un futuro mejor”, “La Arrolladora Banda Limón en Concierto”, “Lupillo Rivera llega a las Fiestas de Octubre”. Las letras derechitas, muy bien hechas, y cuando son gruperas, tienen siempre el diseño del triple delineado multicolor alrededor de las letras gordas. Así es como nos enteramos de anuncios que la mayoría de las veces no significan absolutamente nada en nuestra vida, si acaso algunos nos hemos preguntado alguna vez: ¿quién pintará esas bardas?
Desde el 5 de Diciembre del 2010, los automovilístas, usuarios del transporte público, ciclístas y peatones que cruzaban las calles de Américas y Arista en la ciudad de Guadalajara, leían en una barda larga que hace esquina entre esas dos calles, 49 nombres pintados a colores sobre el fondo blanco y junto a ellos la leyenda: ABC NUNCA MÁS.
Les voy a contar algo sobre ese día. Las manos que pintaron, uno a uno, esos nombres, no fueron contratadas por nadie. Son manos de ciudadanos comunes que fueron e hicieron el trabajo de no olvidar, tratando de crear en ese espacio la memoria de cuarenta y nueve niños y niñas que jamás debieron morir.
Pero lo hicieron, 49 niños y niñas murieron el 5 de Junio del 2009 en una guardería llamada ABC y subrogada por el IMSS a particulares irresponsables. Una antigua maquiladora en la ciudad de Hermosillo, convertida en guardería y parchada por todos lados para crear una bonita apariencia, con las firmas en los contratos que la avalaban, año tras año, como un lugar seguro y con todas las de la ley para cuidar a más de 150 pequeños.
Desde ese día habemos muchísimos que no podemos sacarnos de la mente esos 49 nombres, ni podemos olvidar que más de 100 niños y niñas consiguieron sobrevivir al incendio pero luchan todos los días de su vida contra las graves secuelas que el humo y el fuego dejaron en sus cuerpos y en su mente.
También somos muchos los que jamás escribiremos la palabra “accidente” junto a esos nombres. Escribiremos: corrupción, tráfico de influencias, desorden generalizado en sistema de subrogación de guarderías del IMSS. Escribiremos siempre: cuarenta y nueve niños y niñas muertos, mas de un centenar sufriendo secuelas, los días contando y cero personas culpables en la cárcel.
Y las manos de estos ciudadanos no se cansarán, se los aseguro.
Pero volvamos al 5 de Diciembre del 2010. Esa tarde nos fuimos de la barda recién pintada, con algunas manchas en el pantalón y con el miedo de que al siguiente día “La banda Cuisillos” borrara los nombres. Nos consoló pensar que aunque sólo fueran 24 horas las que permaneciera intacta la barda, durante ese tiempo habría gente que la leería y recordaría, o preguntaría, o platicaría.
Hasta hace unos días y cerca de cumplirse 2 meses de haberla pintado, la barda seguía intacta.
Pero entonces, el día que imaginábamos sería triste pues las letras gordas y triple delineadas sustituirían a los nombres de los niños y niñas, anunciando quien sabe qué cosa, se convirtió en un sorpresivo e increíble eco de aquel 5 de diciembre, pues las manos trabajadoras contratadas para repintar esta barda como cualquier otra, pintaron su nuevo anuncio sobre el ABC NUNCA MÁS que nosotros pintamos, pero los cuarenta y nueve nombres no los tocaron.
Y junto a los nombres, en el único espacio en blanco que había quedado en la barda, delinearon a lápiz ellos mismos los renglones donde pintarían y escribirían, ahora con sus letras: ABC NUNCA MÁS.
Los nombres y la leyenda siguen ahí gracias a ellos.
Es lo que no entienden todos aquellos que tratan de hacernos olvidar porque no les conviene que recordemos, que esos 49 nombres jamás los podrán borrar, pues nos encargaremos de ser eco.
Seremos eco, siempre.
-La página del Movimiento 5 de Junio por la Justicia, formado por padres de los pequeños fallecidos: http://movimiento5dejunio.org/
-Leer el libro “Nosotros somos los Culpables” de Diego Osorno.
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