Humor Negro

A veces, sólo te puedes reir.
Si te pasa algo como perder el empleo, la familia y la casa en un mismo día, lo único que puedes decir es que ya no tendrás que soportar a tu jefe, pagar la hipoteca y soportar a unos parásitos que viven a tus costillas.
En México, el humor negro alcanza, a veces, tonos de verdadero terror, no por las situaciones que retratan, sino por nuestra incapacidad, dicen ahora, genómica de erradicar las causas de nuestros infortunios.
Mientras volvemos a leer las explicaciones que pensadores de la talla de Octavio Paz o Juan Sánchez Andraka, autor de Un Mexicano Más, libro canónico en la secundaria, han dado sobre la idiosincrasia, hoy genómica, de los mexicanos, les dejamos algunos cartones de los moneros de La Jornada.

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