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11/3/08

Juguemos Vencidas

Dicen que si una fuerza indetenible encuentra un objeto inamovible, algo ha de pasar, tal vez se acabe el mundo. En los comics de fabricación gringa los escritores de los mismos suelen utilizar mucho este binomio, pero, en el mundo real, ¿qué sucede cuando un Chevy golpea por detrás a una Combi?

Nota aclaratoria: una vez que VW saco de circulación el famoso Tipo II, también llamado Combi, todas las Vans de las demás empresas, son llamadas así por la mayoría de la gente.

Habiendo efectuado la aclaración, prosigamos, resulta que en este medio de transporte público, no son infrecuentes los golpes, con el consabido resultado de que los pasajeros, cuales bolas de billar, salgan expulsados en sentido contrario, lo cual, sin duda alguna sería una confirmación de alguna de las leyes de la física de Newton, creo que es la segunda.

Nunca te quites un sueter
Durante esta fría mañana de martes, viajaba, como es costumbre, dentro de la sardina de rigor, debido a la cantidad de gente apelotada dentro de ella y el sol inclemente, la temperatura comenzó a subir, así que decidí quitarme la sudadera.

Aproveche que la combi se había detenido por el tráfico para quitarla, así no abría problema de que un movimiento brusco me obligara a darle un golpe a alguna de las personas que me acompañaban y de echo lo logré, pues hasta tuve tiempo de guardarla en la mochila cuando salí disparado, de una forma por demás cómica, hacia el frente del vehículo.

Por alguna razón que nunca conoceré, un Chevy se fue a estrellar con la parte posterior de la combi, el resultado, nuestra proyección tan violenta y la interrupción del viaje, el cual, sea lo que cada quién, llevaba un muy buen tiempo para llevarnos a nuestros destinos.

Repuestos de la impresión, bajamos del vehículo para seguir, cada quien, por su lado, su periplo; aproveché estos momentos y medio observé como el Chevy había empujado la lámina sumiéndola en buen aparte, lo que no queda claro es por qué se escucho como se rompía una calavera, ya que ambas, según recuerdo, estaban en buen estado.

Ya no quise quedarme más tiempo, pues la hora de comenzar la esclavitud laboral ya había llegado...

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