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30/10/08

MOLOTOV LOVE

(el amor en los tiempos de la hiperinflación)

coro
Molotov Love (x3)
Molotov Looooooooooooove

1
¡hey! - linda mujer
te veo, me prendes la fiebre
conozco tu alta tasa de interés
sé que me querrás cuando nade en liquidez
¡hey! - lo nuestro habrá que renegociarlo
yo seré rapaz empresario
conquistador de tu amor
no seré rémora, ahora seré tiburón
alcanzaré a captar tu inversión
mi éxito está asegurado
siguiendo al pie del cañón
los consejos del fondo monetario

coro

2
a pesar de creer en la libre competencia
y en la mano milagrosa del mercado
planeo un incremento en los activos de cariño
y escalando la pirámide - resbalo
pusilánime, con hambre y tristezas de ti
como el país vuelvo a ver hacia arriba,
rezo, trago saliva, juego un número de lotería
que jamás me gano
mis intenciones, mis anhelos, mi destino
han perdido su poder adquisitivo
injusta, pérfida, malvada
tu desprecio es mi hemorragia

volveremos a vernos
cuando bajes de precio
si es que antes no estalla

molotov love (x 4)

...si es que antes no estalla...



DEDICADA PARA WALL STREET Y TODAS LAS BOLSAS DEL MUNDO.

27/10/08

Don Contreras



Esta situación ya me empieza a cansar, pero, desgraciadamente, como dice el Donovan, mientras las personas no cambien, esto no va cambiar ni un ápice.

Ya me canse de ser contreras, de tener la razón, pero de no poder hacer que los demás vean que ellos también la tienen, muy escondida por su estupidez y su miedo a la libertad; en cambio, al igual que el peje, quien ha demostrado, contra toda expectativa, lo cual me ha asombrado y mucho, que en verdad le mueve algo más que la simple lucha por el poder, sino como interpretar que decidiera hacer un lado el camino fácil del cardenismo y el chuchismo para seguir siendo "Don Contreras".

Mañana se decide el futuro de la modernización de PEMEX, esa que los neoliberales, el PRIAN y las grandes empresas extranjeras, querían imponerle al país, que somo nosotros; ¿qué por qué digo esto, cuáles son mis fundamentos para acusarlos?

La respuesta es tan sencilla como la refinería que el pelele quiere construir con el dinero que según él, PEMEX no tenía, pero de repente se acordó del guardadito que se tenía, y que iban a usar o van a usar en el 2009 en las campañas políticas de los diputables del dúo dinámico... y tal vez sus amigos chuchos.


19/10/08

¡¡¡¡¡Changos!!!!!

Por mil y un motivos hemos dejado de lado un tema fundamental en este símil de blog, la legalización propuesta por uno de los dirigentes perredistas en la capital del país...

18/10/08

2012

A medida que se acerque el 21 de diciembre de 2012, comenzaremos a escuchar infinidad de teorías sobre el posible fin del mundo o su paso a una quinta dimensión, así como de las profecías Mayas y de su calendario.

Un ejemplo de ello es la página Web que enlaza el titulo de este post.

Sin embargo, contra o que podríamos pensar, la parecer en realidad estamos cayendo en algo que bien podríamos llamar una nueva era, debido a que el capitalismo ha entrado, a tan sólo 17 años del derrumbe del bloque socialista, en una crisis que bien podría ser la tan anunciada, y esperada, crisis terminal.

Por lo pronto, en el siguiente link tenemos un anuncio de lo que podría estar esperando al país en un futuro no muy lejano, botas de milicos gringos y banderas de barras y estrellas ondeando, como en 1847, en el zocálo...

16/10/08

Pinche Tráfico

Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.comhttp://navegaciones.blogspot.com

Has pasado 365 horas adentro de un auto/microbús/taxi/vagón de Metro, mientras sientes que tu vida se desperdicia sin sentido alguno y que el universo es el más estúpido de los inventos? Por supuesto: ese es el tiempo (364 horas con 48 minutos, para ser exactos) que le dedicas cada año al transporte cotidiano si eres una de esas personas inmensamente afortunadas cuyos trayectos consumen sólo media hora de ida y otra de vuelta. Pero si el camino de casa a la escuela o al trabajo te toma una hora, tu promedio anual de existencia embotellada asciende a 30 días y medio (729 horas con 50 minutos). Ahora bien: si entre tus ocupaciones cotidianas debes atravesar la ciudad de México, digamos, desde Xochimilco hasta Azcapotzalco o desde Iztapalapa hasta Santa Fe, y si inviertes hora y media en cada viaje, ello significa que cada año vivirás casi mil 100 horas a bordo de un medio de transporte público o privado (o una combinación de ambos), es decir, mes y medio. Así, por cada década de tu vida debes calcular un desperdicio de un año, tres meses y un día, desperdicio que por lo general es absoluto, a menos que seas uno de esos individuos con concentración de titanio que logran leer en el microbús el Tractatus logico-philosophicus, de Wittgenstein o, ya de perdida, un ejemplar de Sensacionales de traileras. Así, en una esperanza media de vida de 70 años, el transporte se lleva nueve, lo que te deja con 61 para dedicárselos al nacimiento, al sueño, al crecimiento, al juego, al estudio, al trabajo, al amor, al odio, a la lectura, a la diversión, a rascarte el ombligo, a consultar médicos y brujos, a gestiones burocráticas obligatorias, a vestirte y a desvestirte, al baño, a lavarte los dientes, al consumo de alimentos y a su contrario, al disfrute de la jubilación, a la atención de los achaques, al fallecimiento y a un último viaje, muy probablemente conflictivo a causa de los embotellamientos, hacia el cementerio o el crematorio.

O sea que para vivir en una urbe como ésta hay que pagar, además de los impuestos en metálico y las rentas o precios habitacionales propios de una gran ciudad, un tributo vital desmesurado y abusivo que degrada la existencia de más o menos todo mundo, reduce en forma infame la productividad, hace el aire irrespirable y representa un atentado a la alegría. En horas productivas: una persona que labore jornadas de ocho horas en semanas de cinco días, gane 10 mil pesos mensuales (es decir, poco menos de 57 pesos la hora) y gaste dos horas diarias en ir de casa a la chamba y viceversa, podría percibir mensualmente, si viviera a dos cuadras de su empleo y dedicara al trabajo el tiempo que gasta en transporte, 2 mil 508 pesos mensuales adicionales, un incremento salarial de más de 25 por ciento.

La carga de vehículos automotores arruina la vida urbana, expulsa a los peatones del espacio de la ciudad, le da al traste a la economía personal y a la economía a secas, así como también a las relaciones sociales y familiares, a la salud y a la seguridad. Es terreno propicio para retrasos, frustraciones, accidentes, descomposturas, asaltos, secuestros y homicidios, pero nadie organiza manifestaciones en protesta porque los trayectos cada vez más lentos, en el medio de transporte que sea, nos están comiendo la vida. Será porque todos somos responsables de que las calles se parezcan cada vez más a los intestinos de un estreñido crónico: el modelo económico, el gobierno, la industria, la voracidad inmobiliaria, la policía, la hueva, tú y yo.

Mario Molina: “Los automovilistas se resisten a que se eleven los costos de la compra y uso de vehículos automotores (esto es, los impuestos o los costos de gasolina, estacionamiento, verificación vehicular, etcétera), sobre todo si piensan que sus recursos los utilizará el gobierno con muy poca eficiencia y para fines que no los benefician directamente a ellos. No perciben con claridad la ventaja de ponerse de acuerdo, por medio de políticas y acciones de gobierno, para que todos salgan ganando. Tampoco perciben el costo real de usar el automóvil (que incluye construcción y mantenimiento de vialidades, pagos a la policía de tránsito, etcétera), ni el costo que representa la enorme pérdida de tiempo ligada al congestionamiento o el daño a la salud pública ocasionado por la contaminación, que incluye, por ejemplo, mortalidad inducida en gente vulnerable y limitación en el desarrollo de la función pulmonar en los niños. Todo esto influye fuertemente en los funcionarios de gobierno, que tienden a posponer la aplicación de medidas para enfrentar esos problemas, por ser poco populares.”

Salvador Kalifa propone imitar las medidas adoptadas en Londres en 2001, en donde el alcalde Ken Livingstone “fue contra la corriente, y en una de las acciones más osadas de su administración, propuso en 2001 el cobro de un peaje por el acceso al centro de la capital inglesa en las horas pico. Ese programa entró en operación el 17 de febrero de 2003. La velocidad promedio de los vehículos en el centro de Londres antes de la medida apenas superaba los nueve km/h y, en algunas arterias clave, tan sólo alcanzaba 2.9 km/h. Seis meses después de su aplicación, las notas de prensa señalaban que el cobro de peaje había funcionado mejor de lo que esperaba el alcalde o cualquier otra persona. Los retrasos por tráfico se habían reducido en una tercera parte y las velocidades promedio se habían elevado en 40 por ciento. Casi tres cuartas partes de los londinenses lo calificaron de efectivo. La zona de aplicación del peaje se extendió en febrero del año pasado a un área del oeste de la ciudad de Londres, mientras que como una prueba adicional del éxito de la medida, otras ciudades del mundo con problemas de tráfico planean aplicar esquemas similares al que existe actualmente en la capital inglesa”.

Cómo no. Sólo que, incluso después del retiro de los célebres Routemasters, los autobuses londinenses son eficientes, cómodos y seguros, pero en la ciudad de México el transporte público va de muy insuficiente (Metro, metrobús, RTP, trolebuses) a pésimo (microbuses), y va a estar en chino convencer a los conductores clasemedieros que dejen en casa el Chevy (por no hablar de los más favorecidos, de Mercedes Benz con chofer y guaruras) y emprendan un viaje a la dimensión desconocida a bordo de una caja rodante, desvencijada y repleta, marca Havre, que data de los tiempos de infortunio urbano en los que mandaba Espinosa Villarreal.

Más allá de lamentos y mentadas de madre al cosmos, a autoridades, a empresas y a prójimos, el tránsito vehicular es objeto de estudios muy sesudos. Científicos de la Universidad de Nagoya realizaron un ejercicio con vehículos que se movían en un círculo a velocidad constante y con una separación uniforme entre ellos. Ese baile no tendría, en apariencia, por qué degenerar en atasque, pero ocurre que es casi imposible que todos los coches mantengan la misma velocidad, por lo que pronto un conductor se acerca más de la cuenta al vehículo que le precede, frena por reflejo y genera una suerte de “efecto dominó” atrás de él. Martin Treiber, de la Universidad Técnica de Dresde, programó un simulador muy gracioso que permite visualizar claramente las ondas de choque de una incorporación a carriles principales, de un carril cerrado, de un semáforo en funcionamiento, de cambios de carril y de una subida. Allí puede verse la inherente falta de fluidez que termina por afectar a un torrente de coches. Es oficial: el universo actúa de mala fe y está en contra de nosotros. Pinche tráfico.


13/10/08

Mujeres Atrapadas

“Karina” (nombre ficticio para su protección) y sus dos hijos son golpeados por su esposo Javier. Está armado y jura que si ella pide el divorcio los mata a ellos primero y luego la asesinará a ella. Javier Cano Sánchez, dueño del Bar Tívoli en Monterrey acababa de confesar a su esposa que él está enamorado de otro hombre, con quien mantiene una relación.

La mujer huyó. Había escuchado en la radio sobre Alternativas Pacíficas, asociación civil fundada hace doce años con un modelo de atención gratuito, reconocido por la ONU. Cuenta con un centro de atención a víctimas y dos refugios de alta seguridad donde las mujeres y sus hijas viven, mientras llevan a cabo procesos jurídicos, psicológicos y de salud; donde reconstruyen sus vidas. Fue fundada y dirigida durante años por Alicia Leal, y dio pie a la creación de la Red Nacional de Refugios. Miles de personas han salvado su vida gracias a este y otros Refugios similares en México.

“Karina” confiaba en que su vida sería resguardada. Advirtió a la trabajadora social que su esposo tiene influencias en el gobierno del estado, que es capaz de cualquier cosa. Las abogadas le aseguraron que en los doce años del refugio jamás una mujer había corrido peligro bajo su protección. Lo que no le dijo a la usuaria, es que quienes sí corren peligro todos los días son las trabajadoras sociales, las abogadas y la directora que las protegen. Normalmente las amenazas vienen de los esposos o de un judicial pagado que se presentan en las oficinas a reclamar que les devuelvan a su mujer e hijos.

Pero hasta ahora no habían registrado agresiones directas de parte del poder judicial. Por lo menos hasta hace una semana, cuando la Jueza Novena de lo Familiar en Monterrey, Luz María Guerrero Delgado, hizo el trabajo sucio a favor de Javier Cano, el esposo de “Karina”. La magistrada llegó a las oficinas de Alternativas Pacificas, entró acompañada de policías armados y de agentes ministeriales, encerró a la directora en una oficina y la amenazó para que les llevara al refugio en donde estaban Karina y sus hijos. La directora insistió en el peligro que corrían los niños y la mujer con el agresor. Pero la jueza la obligó a desplazarse a Refugio, sin orden de aprehensión, para poder franquear la puerta y arrebatar a los niños de su madre. Uno de ellos había denunciado a su padre por abuso sexual hace un año; al DIF no le importó.
Nunca mostraron documentos que dieran cuenta de la legalidad del operativo, ignoraron el amparo que protegía a las víctimas.

Los refugios fueron reconocidos como parte del Sistema Nacional de Salud Pública el sexenio pasado. Alternativas ha recibido una veintena de reconocimientos por su labor en defensa y protección de las mujeres. Ahora los pequeños y su madre están fuera de Refugio, y serán forzados por el DIF a ver a su agresor, quien las tiene amenazadas de muerte. Las mujeres de Nuevo León saben que también las jueces y el DIF se venden para defender a los agresores y pederastas. Algo se está pudriendo en el sistema de justicia penal mexicano. Que la Jueza sea investigada es lo menos que podemos exigir, que la mujer, sus hijos, y su abogado sigan con vida es lo mejor que podemos esperar. www.lydiacacho.com

2/10/08

2 de Octubre

LA NUN.K MUERTA REBELION se une a todos aquellos que participaron en el movimiento estudiantil de 1968. La manifestación del 2 de octubre en la Plaza de Tlatelolco fue reprimida por órdenes del gobierno mexicano, y resultó en una matanza que ha permanecido impune durante 40 años. Hasta hoy, las autoridades no han sido capaces de señalar con nombres y apellidos a quienes ordenaron la represión. Cuarenta años después, todavía no se aclara exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. En su momento se reportaron solamente 44 muertos, pero investigaciones recientes hablan de varios cientos de víctimas mortales, al menos 300.
¿Se responsabilizará el Estado mexicano de un crimen cometido hace cuatro décadas?
El aniversario es una celebración "incómoda" para muchos. Para otros, es la oportunidad de reflexionar, una invitación a la sociedad para que se mantenga con una actitud crítica y opositora a la impunidad y la represión, una batalla que se libra día a día en todos los ámbitos culturales, políticos y sociales.
La apertura de los archivos sobre los hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, ha casi completado las piezas que revelan el rompecabezas sobre la masacre estudiantil, afirmó Jacinto Rodríguez Murguía.

El autor del libro "1968: todos los culpables", aseguró que a cuatro décadas de los hechos es posible hacer un corte histórico, en el que se presente la forma en que se movieron las piezas que arrastraron hacia la tragedia a un movimiento que sólo daba para ser una gran irrupción social.

"Había todas las condiciones para que no acabara como lo hizo y sin embargo, pareciera que se hizo todo para que ocurriera", dijo a Notimex Rodríguez Murguía.

Fuente: wikipedia

Antecedentes

Véase también: Movimiento del 68
Estudiantes sobre camión quemado el 28 de julio.
Estudiantes sobre camión quemado el 28 de julio.

El 22 de julio de 1968, un incidente de fútbol americano entre la vocacional 2 del IPN y la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la UNAM, termina en una gresca. El cuerpo policiaco de granaderos es quien disuelve a la turba, deteniendo a varios estudiantes e incursionando dentro de las instalaciones de dicha vocacional.[5]

Entre el 26 al 29 de julio de 1968, varias escuelas entran en un paro de labores, los granaderos y el ejército entran a varias de las escuelas, entre ellas, la Prepa 1 en San Ildefonso, donde fue destruida mediante un basucazo su puerta tallada en el siglo XVIII.[5]

El 30 de julio de 1968, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra en Ciudad Universitaria, condenaría públicamente los hechos, izando la bandera mexicana a media asta y con un emotivo discurso se pronunciaría a favor de la autonomía universitaria y exigiría la libertad de los presos políticos, refiriéndose a los estudiantes detenidos de la Prepa 1. Ese mismo día encabezaría la marcha por la avenida de los Insurgentes, donde surge un lema muy común utilizado por el movimiento estudiantil, "¡Únete pueblo!".[5]

El ejercito mexicano en el zócalo de la Ciudad de México el 28 de agosto.
El ejercito mexicano en el zócalo de la Ciudad de México el 28 de agosto.

El 26 de agosto de 1968, una multitudinaria marcha se dirige al zócalo capitalino. Es la primera ocasión en que se insulta públicamente al presidente mexicano, Gustavo Díaz Ordaz. Al finalizar la manifestación, uno de sus líderes se pronuncia a favor de quedarse a esperar una respuesta del gobierno, a escasos días del informe presidencial.[6]

La madrugada del 28 de agosto de 1968, se abren las puertas del Palacio Nacional, de donde salieron tanques del ejército para dispersar a los manifestantes.[6]

El 13 de septiembre de 1968, tiene lugar "La marcha del silencio", donde los manifestantes marcharon con pañuelos en la boca.[5] [6]

El 18 de septiembre de 1968, el ejército invade la Ciudad Universitaria de la UNAM.[6]

El 24 de septiembre de 1968, el ejército invade el Casco de Santo Tomás, sede del IPN.[6]

El 1 de octubre de 1968, el ejército se retira de la UNAM y el IPN.[6

Libros y películas

  • El 2 de octubre es narrado en la película Rojo amanecer (1989), dirigida por Jorge Fons, que gira en torno a una familia de clase media que vive en el Edificio Chihuahua lugar donde, según diversas fuentes, empezaron la refriega. Fue filmada en 1989 y es protagonizada por Héctor Bonilla, María Rojo, los hermanos Demián y Bruno Bichir y Eduardo Palomo entre otros, pero no fue sino hasta 1990 que se permitió su exhibición por considerarse de contenidos violentos y subversivos para algunas formas de pensar.
  • La novela Muertes de Aurora de Gerardo de la Torre se refiere a la participación de un grupo de petroleros de la Refinería de Azcapotzalco en el movimiento estudiantil. José Woldenberg ha llamado este libro: "La mejor novela escrita sobre 1968".
  • El libro La Noche de Tlatelolco (1971) de Elena Poniatowska es un trabajo periodístico en el que se recopila testimonios de varios testigos y participantes de este evento.
  • La novela Los días y los años, de Luis González de Alba, relata la experiencia personal del autor (entonces miembro del CNH) antes y después del conflicto.
  • Estos sucesos son satirizados en el libro de René Aviles Nueva Utopía y los guerrilleros, publicado en 1973.
  • La novela de "Regina: el dos de Octubre no se olvida" de Antonio Velasco Piña.
  • La película del realizador suizo Richard Dindo Ni perdón, ni olvido... [1]
  • La novela La Plaza de Luis Spota narra una historia ficticia del asesinato de una estudiante.
  • El pequeño libro La noche de Santo Tomás, escrito por el Doctor Igor de Leon, narra uno de los hechos poco divulgados del 68 mexicano, la toma a sangre y fuego del Casco de Santo Tomás.
  • La estela de Tlatelolco de Raúl Álvarez Garín.
2 de octubre: imágenes de un fotógrafo del gobierno

Sanjuana Martínez

Madrid.- Fueron tomadas por la noche. El flash ilumina el primer plano, deja sombras detrás de las figuras que destacan, mantiene el fondo en la penumbra. Son fotografías que fijan en un instante el caos de una fecha histórica para México: ¡2 de octubre no se olvida!.

En una aparecen dos agitados grupos de personas. El primero está integrado por individuos de elevada estatura, corpulentos, iguales, con un mismo corte de pelo de estilo militar, con la misma incomodidad dentro de la ropa de civil. Mismos zapatos negros, mismos guantes blancos en la mano izquierda; algunos, con una pistola en la derecha.

La secuencia se desarrolla en un amplio pasillo del edificio Chihuahua, a un lado de los elevadores. Al fondo, los detenidos se agolpan desordenadamente. Son acorralados sin contemplaciones contra la pared.

En medio de los hombres armados se encuentran algunos fotógrafos, aparentemente ajenos a la tensión del momento.

En otras fotos se observa a los detenidos en el suelo, mientras son encañonados. Los azulejos de las paredes devuelven el resplandor de los flashes que iluminan los ojos de estupor y miedo de los que están tirados. Entre ellos hay una mujer, en el suelo, como los demás.

Los detenidos son conducidos a la planta baja por las escaleras, escoltados muy de cerca, uno a uno. Mojados, asustados, indefensos, algunos muy jóvenes, casi adolescentes.

Los hombres del guante blanco, en su mayoría, posan con naturalidad ante el fotógrafo. Algunos miran de reojo a la cámara, no pueden evitar la desconfianza. Hay cosas que no deberían ser fotografiadas.
Excepcionalmente, uno de los victimarios no es joven. Se encuentra en la madurez y es obeso. Por debajo de su guante blanco asoma un valioso reloj que subraya un nivel económico superior al de sus subordinados. En su mirada, bajo el sombrero pasado de moda, la expresión impasible e indiferente de quien ya ha conducido anteriormente a muchos otros grupos de detenidos. Ordena con la mirada.
También desciende la mujer detenida. Sus custodios le permiten ocultar su rostro al ojo inquisitivo del fotógrafo, mientras es conducida casi en volandas con una prenda de vestir que tapa su cabeza.
La imagen inmortaliza al primer policía uniformado y permite ubicar el lugar de la tragedia. Hasta ese momento, la indumentaria y el rostro de los personajes, la arquitectura del lugar y la violencia exhibida por los hombres del guante blanco han reflejado una escena cualquiera de la represión que sacudió a toda América Latina en los años sesenta y setenta. Los hechos, sin embargo, no acontecen en Buenos Aires, Managua, Santiago, Montevideo o Sao Paulo. En el hombro del uniformado se puede leer: MEXICO.
El drama se acrecienta cuando por la escalera es bajado un cuerpo desvestido y tapado con plásticos y prendas de vestir en una camilla.

Finalmente, en la planta baja, los soldados se hacen cargo de la custodia de los detenidos. Son obligados a quedarse en calzoncillos. Son colocados así, semidesnudos, brazos en alto contra la pared, mientras los soldados contemplan impasibles la escena, y una mujer vestida de civil colabora activamente con los hombres del guante.

Todos contra la pared. Solamente uno se atreve a volver la mirada inquisitivamente. Los demás son obligados a enfrentar el objetivo de la cámara en grupos de tres, ordenada y sistemáticamente, con precisión militar. Sus rostros son ya la más depurada expresión del terror y de la humillación.
De entre todos los jóvenes detenidos, uno es particularmente elegido. Es el más golpeado. Su ropa en jirones sirve para sujetarle los brazos a la espalda y apenas esconde el delgado cuerpo adolescente marcado por los golpes, semidesnudo. Su boca ensangrentada carece ya de expresión; en su mirada no queda ninguna esperanza. Sólo dolor.
Los soldados se dejan retratar, algunos con siniestra indiferencia, otros con obscena satisfacción, mostrando incluso una sonrisa que deja ver un diente brillante.

El valor de las imágenes

No se necesita ser un experto para comprobar que esas fotografías muestran parte de lo sucedido en la noche del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

Sin embargo, no son unas fotos más, pues comprueban plenamente la existencia del Batallón Olimpia, cuyos integrantes esa noche se identificaban por llevar un guante blanco en la mano izquierda.

El gobierno de Gustavo Díaz Ordaz siempre sostuvo que fueron estudiantes quienes empezaron el tiroteo, con francotiradores colocados estratégicamente en los edificios. Esa tesis fue mantenida por los posteriores gobiernos surgidos del PRI.

Durante los últimos 33 años, esa versión oficial fue rebatida en multitud de ocasiones por muchos de los protagonistas y por estudiosos e investigadores. Se recogieron testimonios que hablaban de lo contrario: fueron agentes infiltrados, vestidos de civil, los que iniciaron el fuego indiscriminado.

Los testimonios de muchos estudiantes se referían a las personas que llevaban un guante blanco en la mano izquierda; también hay testimonios de periodistas extranjeros que denunciaron que fueron los hombres con guante blanco los que empezaron a disparar a los estudiantes y los que en medio de la confusión del tiroteo los secuestraron por unas horas en varios departamentos del edificio Chihuahua, donde les confiscaron los rollos fotográficos y las grabadoras.

Estas fotos ofrecen por primera vez la oportunidad de poder ver las caras de los victimarios y muestran en plena acción a los hombres del guante blanco, los integrantes del Batallón Olimpia. Se abre la posibilidad de que por fin sean identificados.

Las fotos también muestran la perfecta coordinación entre las Fuerzas Armadas y los grupos paramilitares, y ofrecen una prueba documental sobre las torturas y las vejaciones cometidas de manera reiterada por militares y policías vestidos de civil.

Demuestran que en los archivos oficiales existe toda la documentación necesaria para saber quién cometió la matanza de Tlatelolco.

El misterioso remitente

Al domicilio de la corresponsal llegó un paquete entregado anónimamente. Dentro de una bolsa negra de plástico, de las que se utilizan para guardar papel fotográfico, había 35 fotos inéditas sobre lo ocurrido en el edificio Chihuahua la noche del 2 de octubre de 1968.

Después recibió una llamada telefónica: Son unas fotos que creo le van a interesar. Son fotos del 68. Fueron tomadas desde dentro por un fotógrafo del gobierno.

Intentó preguntar algo, obtener mayores precisiones, conocer a su interlocutor, saber si era el autor, el fotógrafo: Luego la llamo, fue su lacónica respuesta.

Hubo una segunda llamada.

—¿Qué le han parecido las fotos?

—Me parece un documento estremecedor. Es un material histórico, de gran importancia. ¿Quién es usted? ¿Qué quiere?

—Queremos que salga a la luz pública. Queremos que se haga justicia. Buscamos una dimensión internacional.

—¿Por qué?

—Porque aquí no se va a hacer justicia. Ya vio lo de Digna Ochoa. Las cloacas del sistema priista están intactas.

—¿No confía en el presidente Vicente Fox?

—No. Fox no hará nada. Ya transó con ellos.

—¿Quiénes son ellos?

—Los culpables: los militares, los paramilitares, los policías y los gobernantes que mataron e hicieron desaparecer a cientos de personas.

—¿Pero por qué me entrega las fotos ahora? ¿Desde cuándo las tiene? ¿Las hizo usted?

—Eso no importa. Ahora es el momento preciso. Es cuando hay que sacarlas... ¿Le interesa o no?

—Por supuesto que me interesa. Dígame, ¿cómo quiere tratar el asunto? ¿Cómo le hacemos?

Se ríe un instante. Luego afirma: Supongo que usted entiende que esto es peligroso.

—Quiero saber quién tomó las fotos.

—Las tomó un fotógrafo del gobierno. Yo no soy el autor.

—¿Quién es el autor?

—Pregúntele a Luis Echeverría.

—¿Por qué a él?

—Él lo sabe. Pregúntele por el fotógrafo y por todo lo demás. Sobre quiénes trabajaron la noche del 2 de octubre. Pregúntele quién estaba al mando, por encima del general Hernández Toledo y el general Marcelino García Barragán aquella noche. Él lo sabe todo.

—¿Quiere decir que Echeverría es uno de los responsables?

—Es obvio.

—Él ha declarado que esa noche no estuvo allí Jesús Castañeda Gutiérrez, responsable del Batallón Olimpia y a quien después nombró jefe del Estado Mayor Presidencial, que tampoco estuvo el mayor Francisco Quirós Hermosillo, encargado del Campo Militar Número 1. Sin embargo, en las fotos aparece gente vestida de civil con el guante blanco en la mano izquierda, con aspecto militar...

—Los del guante son paramilitares de Guardias Presidenciales. Un ejército dentro del Ejército. Son gente del Estado Mayor Presidencial. Fueron ellos los que abrieron el fuego contra los estudiantes.

—¿Usted es consciente de que estas fotos desmienten la versión oficial sobre la matanza de Tlatelolco?

—Sí... Llegó la hora de que lo sepan todos los mexicanos. Que lo sepan también en otras partes del mundo, por ejemplo, España.

—¿Por qué en España?

—Porque allí se han investigado otras dictaduras, como las de Chile y Argentina.

—¿Qué pretende conseguir?

—Que se investigue también la matanza de Tlatelolco. La guerra sucia del gobierno mexicano. La desaparición de más de 500 personas ¡Que se haga justicia! ¡Queremos justicia! Aquí es imposible. En México sigue la impunidad.

—¿Quién tomó las fotos?

—Eso no importa, son fotos de adentro. No son de periodistas.

—Insisto, ¿quién tomó las fotos?

—Un fotógrafo de Echeverría.