RODRIGO VERA
ProcesoCon presencia histórica en México, y actualmente formados mayoritariamente por jóvenes, los núcleos anarquistas decidieron manifestar su descontento por la situación del país y –a decir del especialista Jorge Lofredo– reivindicar las demandas anticapitalistas que definen a su ideología. Su discurso: que hablen los petardos y los cristales rotos.
Diseminados por todo México, los grupos de anarquistas ya empiezan a irrumpir en la vida pública con los “bombazos” y “cristalazos” que asestan a instituciones bancarias, agencias automotrices y centros comerciales, fenómeno que no tiene antecedentes cercanos en el país.
Estas pequeñas células del anarquismo –conformadas generalmente por jóvenes encapuchados– están operando de manera muy distinta a los grupos terroristas y vandálicos, ya que no se valen del asesinato ni del robo para amedrentar. Su protesta consiste en provocar daños materiales a los inmuebles que consideran emblemáticos de un capitalismo injusto.
Sólo en este mes de septiembre, esos grupos –herederos seculares de los hermanos Flores Magón– han realizado alrededor de 10 atentados, principalmente en la Ciudad de México, pero también en Guanajuato, Nayarit y Jalisco.
Jorge Lofredo, director del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema), asegura sorprendido:
“Sí, no hay ninguna duda. Son grupos de anarquistas los que empiezan a lanzar petardos y provocar cristalazos, principalmente contra las instituciones bancarias. Es un fenómeno novedoso. No tiene antecedentes en la historia reciente del país.”
–Pero algunos señalan que son terroristas y otros dicen que son simples grupos vandálicos…
–No. Es totalmente errada esa apreciación, puesto que los grupos terroristas buscan amedrentar provocando muertes, como sucedió con el granadazo del año pasado en Morelia. Ese sí fue un acto terrorista, mientras que el vandalismo, entre otras cosas, busca fundamentalmente el robo.
“En cambio, aquí estamos viendo que estos grupos anarquistas ni matan ni roban, pese a atacar sucursales bancarias. En uno de sus mensajes aclararon: ‘No queremos el sucio dinero del capitalismo’. Y además realizan sus acciones durante las madrugadas, precisamente para evitar muertos y heridos.”
Por si quedara duda sobre la impronta anarquista, el investigador resalta el hecho de que, en algunas pintas dejadas tras los bombazos, estas células dibujan la letra “A” dentro de un círculo, símbolo inequívoco del anarquismo, una ideología que históricamente pugna por la supresión del Estado y la propiedad privada.
Algunos grupos, prosigue, llevan incluso nombres de anarquistas famosos, como ocurre con las Células Autónomas de Revolución Inmediata Práxedis G. Guerrero, bautizadas así en honor a ese anarquista opuesto al porfiriato, vinculado a los Flores Magón y muerto durante una de las primeras acciones armadas de la Revolución Mexicana.
“Los aglutina un ideal”
Dado el descontento social y los niveles de confrontación política que se observan en todo el país, se le pregunta a Lofredo si considera que hay vínculos entre los grupos guerrilleros y los anarquistas.
–No, no confundamos. Son grupos distintos –responde–. Los grupos guerrilleros, como el EPR o el ERPI, provienen de una línea marxista. Y el anarquismo nada tiene que ver con el marxismo. De hecho, desde el siglo XIX, ambas ideologías han mantenido un enfrentamiento que aún no se resuelve.
“Incluso en uno de sus últimos comunicados, que aparece en su página web (liberaciontotal.entodaspartes.net), los anarquistas piden que no los vinculen con la guerrilla, sobre todo con Tendencia Democrática Revolucionaria, el grupo guerrillero que se adjudicó los bombazos de finales de 2006 en la Ciudad de México. Es muy importante ese deslinde.”
Lofredo también aclara que no todos los grupos anarquistas mexicanos se dedican a colocar explosivos:
“Sólo una vertiente del anarquismo hoy está optando por lanzar petardos o cilindros de gas butano, lo cual demuestra, al menos por el momento, que estos grupos no tienen una gran infraestructura, pues ni siquiera lanzan granadas. Usan explosivos de baja intensidad, que ellos mismos manufacturan, y no llegan más allá del cristalazo.
“Pero hay otros grupos del anarquismo que reivindican temas ecológicos, de defensa de los animales o incluso están metidos en cuestiones relacionadas con la música. Hacen pintas, editan pequeños periódicos, hablan de construir una sociedad anarquista ideal y cosas así. Cada grupo tiene su peculiaridad. Pero finalmente todos son anarquistas.”
–Esto quiere decir que siempre han existido en México…
–Sí, sí, claro. Los aglutina un ideal que ya forma parte de la historia de México, en el que destacan personajes como Práxedis G. Guerrero y los hermanos Flores Magón. En los últimos años, los grupos anarquistas participan en las marchas del 2 de octubre y en las protestas de los llamados globalifóbicos. Ahí están como un sector radical.
El movimiento anarquista, asegura el investigador, resultó muy golpeado durante la represión policiaca contra los globalifóbicos en Guadalajara en 2004 ordenada por el entonces gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña. “Ese hecho debemos tenerlo muy presente. Fue un parteaguas para los anarquistas mexicanos”, dice.
–¿A qué se debe que en estos días se estén manifestando con constantes bombazos?
–No lo sé. Pero efectivamente, en tan sólo un mes han irrumpido con constantes petardazos. Es un lapso muy corto. Es más, yo ni siquiera tenía referencia de estos grupos que hoy están apareciendo.
–¿Se deberá a la crisis económica, al incremento del desempleo o quizás al actual proyecto gubernamental de aumentar los impuestos?
–No lo creo, puesto que en sus pintas y comunicados protestan por otras cosas. No dan respuestas precisas a hechos coyunturales. Protestan contra el capitalismo asesino, contra la construcción de un penal o salen en defensa de los animales, una reivindicación que puede resultarnos hasta absurda. Más que los tiempos políticos, a los anarquistas los mueven los tiempos sociales. Tienen otra dinámica.
–¿Qué pretenden con los bombazos?
–Es su manera de expresarse. ¡Que hable el petardazo! ¡Que hable la vidriera rota! Por sí mismos, estos actos les hacen propaganda y les sirven para protestar contra esa totalidad injusta que ellos perciben, contra las formas autoritarias y jerarquizadas de la sociedad que limitan la libertad del ser humano.
Los motivos
Los ataques anarquistas empezaron en la capital con el mes, el martes 1. Esa madrugada, tres sujetos lanzaron cilindros de gas butano contra una sucursal de Bancomer en la colonia Jardines del Ajusco, al sur de la Ciudad de México.
Siete días después –la madrugada del martes 8– otras tres bombas de fabricación casera fueron lanzadas contra una agencia automotriz Renault en la colonia Moctezuma Segunda Sección, cerca del aeropuerto capitalino.
Este ataque se lo atribuyeron las Células Autónomas de Revolución Inmediata Práxedis G. Guerrero, pero también el grupo anarquista España Signus Francescos. Los mensajes dejados por esos grupos coincidieron en que protestaban por la “remodelación del Reclusorio Norte”, pues esa obra “es para albergar cada vez más presos producto de la brutal represión y la injusticia social”.
El lunes 14 hubo otro ataque con tres cilindros de gas butano contra la tienda de ropa Max Mara, ubicada en avenida Presidente Masaryk 318, colonia Polanco. El ataque se lo atribuyó el Frente de Liberación Animal, en protesta por los artículos de piel que se venden en esa boutique de artículos de lujo.
El jueves 17 un motociclista arrojó un artefacto explosivo envuelto en un calcetín contra un módulo de seguridad en el crucero de Mezcales, un punto de la carretera que desemboca en Bahía de Banderas, Nayarit.
Esa misma madrugada, en la ciudad de León, Guanajuato, dos hombres incendiaron dos cajeros automáticos ubicados entre los bulevares Hidalgo y Campestre. “¡Capitalismo asesino!”, fue el mensaje que dejaron, rubricado con el círculo y la “A”, el símbolo del anarquismo.
El martes 22, en Guadalajara, Jalisco, fue colocado un artefacto explosivo que no estalló, en la entrada del edificio de Novartis, un laboratorio internacional de medicamentos que experimenta con animales. Se dejó el siguiente mensaje: “Novartis, deja de torturar a los animales”.
Esa madrugada, en la Ciudad de México, estallaron dos artefactos: uno en una sucursal de Banorte en la colonia Narvarte, y el otro en una sucursal de Bancomer en la colonia Aviación Civil.
Y apenas el viernes 25, también en la Ciudad de México, tres cilindros de gas butano estallaron en una sucursal de Banamex ubicada en la calle Constitución número 13, en la delegación Milpa Alta. A través de un comunicado en su página web, el ataque se lo adjudicó la Alianza Subversiva por la Liberación de la Tierra, Animal y Humana.
Este grupo informó que fue su célula “por la disolución de la civilización” la que realizó el ataque, burlando la vigilancia de dos patrullas. Explicó sus motivos: “Banamex es una empresa que promueve la tortura, la destrucción y la esclavitud, los motivos del ataque son frenar a esos bastardos, que sepan que no estamos jugando, que no somos unos vándalos más”.
Después de mencionar su “rabia y odio” hacia el “asqueroso sistema tecno-industrial”, el grupo dijo que el “banco quedó hecho mierda”, e “inservibles” sus cajeros automáticos, provocando un daño que “rebasa los 500 mil pesos”.
Miguel Ángel Mancera, procurador de Justicia del Distrito Federal, señala que los rudimentarios explosivos son una constante en esta ola de ataques:
“Son cilindros que generalmente se utilizan para la plomería. Son recubiertos con cinta adhesiva y se les coloca un cohete convencional, que no es otra cosa más que pólvora con papel, para hacerlos detonar.”
Las autoridades policiacas, apoyadas en los videos de circuito cerrado de las instituciones bancarias, también informan que los autores son generalmente jóvenes encapuchados, que actúan en parejas o grupos de tres.
La Procuraduría General de la República (PGR), en coordinación con la procuraduría capitalina y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), comienza a desplegar una cacería nocturna de anarquistas, según informó el diario Reforma.
¿Al anarquismo mexicano lo conforman grupos aislados y dispersos? ¿O tiene una coordinación nacional que los aglutina? ¿Aproximadamente cuántas células están operando? ¿Qué relación tienen con los anarquistas de otros países?
Sobre estos interrogantes, comenta Jorge Lofredo:
“No conocemos los niveles de autonomía de estos grupos. Puede ser que provengan de un mismo grupo, puede ser que no. También ignoro si será difícil detectarlos. Aclarar esas dudas es responsabilidad del Estado y de sus expertos en seguridad pública. Lo cierto es que son pequeñas células conformadas, en su mayoría, por jóvenes.
“A nivel mundial, la juventud es un sector muy excluido por el sistema. Quizá los jóvenes sean los más golpeados y los que más resienten el desempleo y la falta de oportunidades. Ellos toman muy en serio esta problemática y buscan vías de salida como la del anarquismo, que es un movimiento internacional y tiene, por lo tanto, sus propias demandas internacionales.
“Por ejemplo, los petardazos en la Ciudad de México contra la tienda Max Mara responden a un llamamiento anarquista internacional, va contra las peleteras que propician los sacrificios de animales en todo el mundo. Pero los grupos mexicanos también tienen sus propias iniciativas, de corte más local, como es la protesta contra el Reclusorio Norte.”
–¿En qué países tiene más fuerza el movimiento anarquista?
–A partir del año 2000 ha cobrado mucha fuerza sobre todo en Grecia, Italia, España y Chile. Los anarquistas griegos ya fueron más allá de la etapa de los cristalazos. Este año se enfrentaron abiertamente con la policía. Claro, esto tiene que ver con el nivel de fuerza al que han llegado en su sociedad, no quiere decir que, de manera automática, en México se den enfrentamientos similares; cada país es distinto.
–¿Aquí estos grupos pueden contribuir a desencadenar una revuelta o un estallido social, como ya algunos auguran?
–Para no caer en especulaciones vayamos a los datos duros. En los países que mencioné, los anarquistas actualmente han mantenido un nivel de protesta que no ha llegado a los extremos. Pero todo puede ocurrir. El futuro siempre es impredecible.
Diseminados por todo México, los grupos de anarquistas ya empiezan a irrumpir en la vida pública con los “bombazos” y “cristalazos” que asestan a instituciones bancarias, agencias automotrices y centros comerciales, fenómeno que no tiene antecedentes cercanos en el país.
Estas pequeñas células del anarquismo –conformadas generalmente por jóvenes encapuchados– están operando de manera muy distinta a los grupos terroristas y vandálicos, ya que no se valen del asesinato ni del robo para amedrentar. Su protesta consiste en provocar daños materiales a los inmuebles que consideran emblemáticos de un capitalismo injusto.
Sólo en este mes de septiembre, esos grupos –herederos seculares de los hermanos Flores Magón– han realizado alrededor de 10 atentados, principalmente en la Ciudad de México, pero también en Guanajuato, Nayarit y Jalisco.
Jorge Lofredo, director del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema), asegura sorprendido:
“Sí, no hay ninguna duda. Son grupos de anarquistas los que empiezan a lanzar petardos y provocar cristalazos, principalmente contra las instituciones bancarias. Es un fenómeno novedoso. No tiene antecedentes en la historia reciente del país.”
–Pero algunos señalan que son terroristas y otros dicen que son simples grupos vandálicos…
–No. Es totalmente errada esa apreciación, puesto que los grupos terroristas buscan amedrentar provocando muertes, como sucedió con el granadazo del año pasado en Morelia. Ese sí fue un acto terrorista, mientras que el vandalismo, entre otras cosas, busca fundamentalmente el robo.
“En cambio, aquí estamos viendo que estos grupos anarquistas ni matan ni roban, pese a atacar sucursales bancarias. En uno de sus mensajes aclararon: ‘No queremos el sucio dinero del capitalismo’. Y además realizan sus acciones durante las madrugadas, precisamente para evitar muertos y heridos.”
Por si quedara duda sobre la impronta anarquista, el investigador resalta el hecho de que, en algunas pintas dejadas tras los bombazos, estas células dibujan la letra “A” dentro de un círculo, símbolo inequívoco del anarquismo, una ideología que históricamente pugna por la supresión del Estado y la propiedad privada.
Algunos grupos, prosigue, llevan incluso nombres de anarquistas famosos, como ocurre con las Células Autónomas de Revolución Inmediata Práxedis G. Guerrero, bautizadas así en honor a ese anarquista opuesto al porfiriato, vinculado a los Flores Magón y muerto durante una de las primeras acciones armadas de la Revolución Mexicana.
“Los aglutina un ideal”
Dado el descontento social y los niveles de confrontación política que se observan en todo el país, se le pregunta a Lofredo si considera que hay vínculos entre los grupos guerrilleros y los anarquistas.
–No, no confundamos. Son grupos distintos –responde–. Los grupos guerrilleros, como el EPR o el ERPI, provienen de una línea marxista. Y el anarquismo nada tiene que ver con el marxismo. De hecho, desde el siglo XIX, ambas ideologías han mantenido un enfrentamiento que aún no se resuelve.
“Incluso en uno de sus últimos comunicados, que aparece en su página web (liberaciontotal.entodaspartes.net), los anarquistas piden que no los vinculen con la guerrilla, sobre todo con Tendencia Democrática Revolucionaria, el grupo guerrillero que se adjudicó los bombazos de finales de 2006 en la Ciudad de México. Es muy importante ese deslinde.”
Lofredo también aclara que no todos los grupos anarquistas mexicanos se dedican a colocar explosivos:
“Sólo una vertiente del anarquismo hoy está optando por lanzar petardos o cilindros de gas butano, lo cual demuestra, al menos por el momento, que estos grupos no tienen una gran infraestructura, pues ni siquiera lanzan granadas. Usan explosivos de baja intensidad, que ellos mismos manufacturan, y no llegan más allá del cristalazo.
“Pero hay otros grupos del anarquismo que reivindican temas ecológicos, de defensa de los animales o incluso están metidos en cuestiones relacionadas con la música. Hacen pintas, editan pequeños periódicos, hablan de construir una sociedad anarquista ideal y cosas así. Cada grupo tiene su peculiaridad. Pero finalmente todos son anarquistas.”
–Esto quiere decir que siempre han existido en México…
–Sí, sí, claro. Los aglutina un ideal que ya forma parte de la historia de México, en el que destacan personajes como Práxedis G. Guerrero y los hermanos Flores Magón. En los últimos años, los grupos anarquistas participan en las marchas del 2 de octubre y en las protestas de los llamados globalifóbicos. Ahí están como un sector radical.
El movimiento anarquista, asegura el investigador, resultó muy golpeado durante la represión policiaca contra los globalifóbicos en Guadalajara en 2004 ordenada por el entonces gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña. “Ese hecho debemos tenerlo muy presente. Fue un parteaguas para los anarquistas mexicanos”, dice.
–¿A qué se debe que en estos días se estén manifestando con constantes bombazos?
–No lo sé. Pero efectivamente, en tan sólo un mes han irrumpido con constantes petardazos. Es un lapso muy corto. Es más, yo ni siquiera tenía referencia de estos grupos que hoy están apareciendo.
–¿Se deberá a la crisis económica, al incremento del desempleo o quizás al actual proyecto gubernamental de aumentar los impuestos?
–No lo creo, puesto que en sus pintas y comunicados protestan por otras cosas. No dan respuestas precisas a hechos coyunturales. Protestan contra el capitalismo asesino, contra la construcción de un penal o salen en defensa de los animales, una reivindicación que puede resultarnos hasta absurda. Más que los tiempos políticos, a los anarquistas los mueven los tiempos sociales. Tienen otra dinámica.
–¿Qué pretenden con los bombazos?
–Es su manera de expresarse. ¡Que hable el petardazo! ¡Que hable la vidriera rota! Por sí mismos, estos actos les hacen propaganda y les sirven para protestar contra esa totalidad injusta que ellos perciben, contra las formas autoritarias y jerarquizadas de la sociedad que limitan la libertad del ser humano.
Los motivos
Los ataques anarquistas empezaron en la capital con el mes, el martes 1. Esa madrugada, tres sujetos lanzaron cilindros de gas butano contra una sucursal de Bancomer en la colonia Jardines del Ajusco, al sur de la Ciudad de México.
Siete días después –la madrugada del martes 8– otras tres bombas de fabricación casera fueron lanzadas contra una agencia automotriz Renault en la colonia Moctezuma Segunda Sección, cerca del aeropuerto capitalino.
Este ataque se lo atribuyeron las Células Autónomas de Revolución Inmediata Práxedis G. Guerrero, pero también el grupo anarquista España Signus Francescos. Los mensajes dejados por esos grupos coincidieron en que protestaban por la “remodelación del Reclusorio Norte”, pues esa obra “es para albergar cada vez más presos producto de la brutal represión y la injusticia social”.
El lunes 14 hubo otro ataque con tres cilindros de gas butano contra la tienda de ropa Max Mara, ubicada en avenida Presidente Masaryk 318, colonia Polanco. El ataque se lo atribuyó el Frente de Liberación Animal, en protesta por los artículos de piel que se venden en esa boutique de artículos de lujo.
El jueves 17 un motociclista arrojó un artefacto explosivo envuelto en un calcetín contra un módulo de seguridad en el crucero de Mezcales, un punto de la carretera que desemboca en Bahía de Banderas, Nayarit.
Esa misma madrugada, en la ciudad de León, Guanajuato, dos hombres incendiaron dos cajeros automáticos ubicados entre los bulevares Hidalgo y Campestre. “¡Capitalismo asesino!”, fue el mensaje que dejaron, rubricado con el círculo y la “A”, el símbolo del anarquismo.
El martes 22, en Guadalajara, Jalisco, fue colocado un artefacto explosivo que no estalló, en la entrada del edificio de Novartis, un laboratorio internacional de medicamentos que experimenta con animales. Se dejó el siguiente mensaje: “Novartis, deja de torturar a los animales”.
Esa madrugada, en la Ciudad de México, estallaron dos artefactos: uno en una sucursal de Banorte en la colonia Narvarte, y el otro en una sucursal de Bancomer en la colonia Aviación Civil.
Y apenas el viernes 25, también en la Ciudad de México, tres cilindros de gas butano estallaron en una sucursal de Banamex ubicada en la calle Constitución número 13, en la delegación Milpa Alta. A través de un comunicado en su página web, el ataque se lo adjudicó la Alianza Subversiva por la Liberación de la Tierra, Animal y Humana.
Este grupo informó que fue su célula “por la disolución de la civilización” la que realizó el ataque, burlando la vigilancia de dos patrullas. Explicó sus motivos: “Banamex es una empresa que promueve la tortura, la destrucción y la esclavitud, los motivos del ataque son frenar a esos bastardos, que sepan que no estamos jugando, que no somos unos vándalos más”.
Después de mencionar su “rabia y odio” hacia el “asqueroso sistema tecno-industrial”, el grupo dijo que el “banco quedó hecho mierda”, e “inservibles” sus cajeros automáticos, provocando un daño que “rebasa los 500 mil pesos”.
Miguel Ángel Mancera, procurador de Justicia del Distrito Federal, señala que los rudimentarios explosivos son una constante en esta ola de ataques:
“Son cilindros que generalmente se utilizan para la plomería. Son recubiertos con cinta adhesiva y se les coloca un cohete convencional, que no es otra cosa más que pólvora con papel, para hacerlos detonar.”
Las autoridades policiacas, apoyadas en los videos de circuito cerrado de las instituciones bancarias, también informan que los autores son generalmente jóvenes encapuchados, que actúan en parejas o grupos de tres.
La Procuraduría General de la República (PGR), en coordinación con la procuraduría capitalina y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), comienza a desplegar una cacería nocturna de anarquistas, según informó el diario Reforma.
¿Al anarquismo mexicano lo conforman grupos aislados y dispersos? ¿O tiene una coordinación nacional que los aglutina? ¿Aproximadamente cuántas células están operando? ¿Qué relación tienen con los anarquistas de otros países?
Sobre estos interrogantes, comenta Jorge Lofredo:
“No conocemos los niveles de autonomía de estos grupos. Puede ser que provengan de un mismo grupo, puede ser que no. También ignoro si será difícil detectarlos. Aclarar esas dudas es responsabilidad del Estado y de sus expertos en seguridad pública. Lo cierto es que son pequeñas células conformadas, en su mayoría, por jóvenes.
“A nivel mundial, la juventud es un sector muy excluido por el sistema. Quizá los jóvenes sean los más golpeados y los que más resienten el desempleo y la falta de oportunidades. Ellos toman muy en serio esta problemática y buscan vías de salida como la del anarquismo, que es un movimiento internacional y tiene, por lo tanto, sus propias demandas internacionales.
“Por ejemplo, los petardazos en la Ciudad de México contra la tienda Max Mara responden a un llamamiento anarquista internacional, va contra las peleteras que propician los sacrificios de animales en todo el mundo. Pero los grupos mexicanos también tienen sus propias iniciativas, de corte más local, como es la protesta contra el Reclusorio Norte.”
–¿En qué países tiene más fuerza el movimiento anarquista?
–A partir del año 2000 ha cobrado mucha fuerza sobre todo en Grecia, Italia, España y Chile. Los anarquistas griegos ya fueron más allá de la etapa de los cristalazos. Este año se enfrentaron abiertamente con la policía. Claro, esto tiene que ver con el nivel de fuerza al que han llegado en su sociedad, no quiere decir que, de manera automática, en México se den enfrentamientos similares; cada país es distinto.
–¿Aquí estos grupos pueden contribuir a desencadenar una revuelta o un estallido social, como ya algunos auguran?
–Para no caer en especulaciones vayamos a los datos duros. En los países que mencioné, los anarquistas actualmente han mantenido un nivel de protesta que no ha llegado a los extremos. Pero todo puede ocurrir. El futuro siempre es impredecible.
Update 1:
Detienen a un joven por detonaciones en bancos y otros inmuebles en el DF
Ramsés Villarreal Gómez, de 22 años, fue aprehendido cuando se dirigía a la UAM Xochimilco.
Notimex
Publicado: 01/10/2009 16:03
Publicado: 01/10/2009 16:03
México, DF. Ramsés Villarreal Gómez, de 22 años de edad, fue detenido ayer miércoles por su presunta responsabilidad en las detonaciones contra bancos, una boutique y una agencia de automóviles.
De acuerdo con la esposa del detenido, Elizabeth Angel, la captura se realizó cuando el inculpado se dirigía de su casa, en la zona de Culhuacán, hacia la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) campus Xochimilco.
La Procuraduría General de la República (PGR) confirmó que existe un detenido relacionado con las explosiones y que en las próximas horas ofrecerá información del caso.
Update 2:
La PGR acusa de actos terroristas a un ex estudiante de la UNAM
Imagen de cajero bancario lo ubica en un sitio atacado en septiembre
Silvia Otero y Francisco Gómez
El Universal
Viernes 02 de octubre de 2009
politica@eluniversal.com.mx
Acusado del delito de terrorismo, Ramsés Villarreal Gómez, de 27 años de edad y ex estudiante de la UNAM, fue detenido y encarcelado, como responsable de uno de los seis ataques perpetrados con artefactos explosivos en septiembre pasado en sucursales bancarias, una automotriz y una tienda de ropa en el Distrito Federal, sin que se determine si pertenece a un grupo subversivo.
Tras su captura, la noche del miércoles, el inculpado negó su participación en los atentados, pero la Procuraduría General de la República tiene un video del 16 de septiembre en una sucursal de Bancomer —en la delegación Venustiano Carranza—, en el que asegura que Villarreal aparece colocando el artefacto que detonó esa madrugada.
El vocero de la dependencia, Ricardo Gutiérrez Nájera, en conferencia de prensa, dijo que los peritajes en antropometría e identificación fisonómica realizados al sujeto que aparece en el video de la sucursal bancaria, permiten afirmar que “se trata de la misma” persona que fue detenida, es decir Villarreal Gómez.
Aunque los familiares y amigos del detenido han asegurado que es inocente, el funcionario federal sostuvo que el ex estudiante está plenamente identificado e incluso la PGR difundió un comparativo de la imagen de video tomada de la sucursal Bancomer —ubicada en bulevar Aeropuerto y Aviación Civil— con una fotografía del presunto activista, para demostrar que se trata de la misma persona. “Es un trabajo científico”, señaló Nájera.
Villarreal fue consignado al Reclusorio Sur, por su probable responsabilidad en la comisión del delito de terrorismo, relacionados con el expediente AP/PGR/DF/SPE-XII/4126/09-09.
El vocero dijo que se continuarán las investigaciones para localizar a otros implicados en los ataques perpetrados en la agencia Renault, ubicada en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; en el exterior de la tienda de ropa Max Mara de Polanco; en un cajero automático de Banorte, en la colonia Narvarte; en un Bancomer del Centro y de un cajero de Banamex, que está a espaldas del edificio sede de la delegación Milpa Alta.
Ante versiones de que el presunto responsable podría tener vínculos con la estudiante Lucía Morett, el funcionario indicó que en la investigación, hasta el momento, no hay indicios de que exista la relación y de hecho hasta no se ha determinado si Villarreal Gómez pertenece a un grupo subversivo o qué organización estaría detrás de los ataques.
Hay registro de que Villarreal ha sido activista al menos desde hace nueve años. En febrero de 2000 fue detenido en el conflicto universitario y fue expulsado de la UNAM en 2004.
Update 2:
La PGR acusa de actos terroristas a un ex estudiante de la UNAM
Imagen de cajero bancario lo ubica en un sitio atacado en septiembre
ATENTADO. El 8 de septiembre, un artefacto explosivo estalló en una agencia automotriz en la delegación Venustiano Carranza. En la parte superior derecha, el presunto atacante captado en un cajero bancario (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
Silvia Otero y Francisco Gómez
El Universal
Viernes 02 de octubre de 2009
politica@eluniversal.com.mx
Acusado del delito de terrorismo, Ramsés Villarreal Gómez, de 27 años de edad y ex estudiante de la UNAM, fue detenido y encarcelado, como responsable de uno de los seis ataques perpetrados con artefactos explosivos en septiembre pasado en sucursales bancarias, una automotriz y una tienda de ropa en el Distrito Federal, sin que se determine si pertenece a un grupo subversivo.
Tras su captura, la noche del miércoles, el inculpado negó su participación en los atentados, pero la Procuraduría General de la República tiene un video del 16 de septiembre en una sucursal de Bancomer —en la delegación Venustiano Carranza—, en el que asegura que Villarreal aparece colocando el artefacto que detonó esa madrugada.
El vocero de la dependencia, Ricardo Gutiérrez Nájera, en conferencia de prensa, dijo que los peritajes en antropometría e identificación fisonómica realizados al sujeto que aparece en el video de la sucursal bancaria, permiten afirmar que “se trata de la misma” persona que fue detenida, es decir Villarreal Gómez.
Aunque los familiares y amigos del detenido han asegurado que es inocente, el funcionario federal sostuvo que el ex estudiante está plenamente identificado e incluso la PGR difundió un comparativo de la imagen de video tomada de la sucursal Bancomer —ubicada en bulevar Aeropuerto y Aviación Civil— con una fotografía del presunto activista, para demostrar que se trata de la misma persona. “Es un trabajo científico”, señaló Nájera.
Villarreal fue consignado al Reclusorio Sur, por su probable responsabilidad en la comisión del delito de terrorismo, relacionados con el expediente AP/PGR/DF/SPE-XII/4126/09-09.
El vocero dijo que se continuarán las investigaciones para localizar a otros implicados en los ataques perpetrados en la agencia Renault, ubicada en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; en el exterior de la tienda de ropa Max Mara de Polanco; en un cajero automático de Banorte, en la colonia Narvarte; en un Bancomer del Centro y de un cajero de Banamex, que está a espaldas del edificio sede de la delegación Milpa Alta.
Ante versiones de que el presunto responsable podría tener vínculos con la estudiante Lucía Morett, el funcionario indicó que en la investigación, hasta el momento, no hay indicios de que exista la relación y de hecho hasta no se ha determinado si Villarreal Gómez pertenece a un grupo subversivo o qué organización estaría detrás de los ataques.
Hay registro de que Villarreal ha sido activista al menos desde hace nueve años. En febrero de 2000 fue detenido en el conflicto universitario y fue expulsado de la UNAM en 2004.
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