El sol pega con tubo, la gente camina si pausa. La chica morena que va hablando por celular, la misma que hace unos instantes deje atrás, me rebasa cuando me detengo unos momentos.
Como si fuéramos al mismo lugar, ella camina delante de mi.
Ambos, en fila, subimos al maltrecho y ruidoso puente, ese que está construido con tubos y armellas, tornillos y tuercas; ella adelante de mi pasa primero ante los policías que, a la altura del Banorte, lideran la manifestación de los transportistas.
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| Un motociclista de la policía me informa que son 270 camioneros (trailers, transportistas) que vienen desde Tepotzotlán inconformándose con las alzas al combustible. |
Mientras desde la frágil construcción observo y tomo algunas fotografías, puedo ver a la muchachita hacer cara de desdén mientras empieza a caminar, como muchos otros lo hacen, hacia el sur, hacia la ciudad de México en donde tiene asiento el Gobierno Federal, el mismo que ha venido implementando una serie de alzas a los combustibles, pero mantiene una política agresiva contra las alzas salariales reales, no el estúpido aumento del salario mínimo.
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| Algunas unidades del servicio público y automovilistas tuvieron que dar la vuelta y buscar otro camino. |
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La protesta comenzó en la lejana caseta de Tepoztlán, y según me comento un policía motorizado, eran 270 los manifestantes, "traileres", dijo el policía. Aunque en la vanguardia pude observar algunas camionetas de 3 1/2 toneladas que poco se ajustan a la descripción de transporte pesado.
Las mantas, algunas que pude leer sobre los transportes, decían que ya estaban hartos de la corrupción policíaca, municipal, estatal y federal, y que están organizados en la Amotac.
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