No, aún no me he transformado en un émulo del pelelé, sí, ese chaparrito, pelón de lentes que asegura, con la Constitución bajo las nalgas, ganó la presidencia; tampoco tengo el cerebro tapado con grasa como el cerdo fascista de Carstens o la señora de la limpieza que voto por el PAN y nomás por no ser señalada como la que ya se echo para atrás, el machismo desde el feminismo, pues, se mantiene al pie del cañón, aunque éste se encuentre a punto de tragarla.
¡Simplemente tengo fé en que Dios nos va a salvar!
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